miércoles, 3 de diciembre de 2008
RECIEN NACIDOS DESPERTANDO.
Gentilmente se agitan, gentilmente ascienden.
Los muertos son recién nacidos despertándose.
Con desoladoras amputaciones y almas húmedas.
Gentilmente suspiran en el extasiado funeral de asombro
¿Quién llamo e esa muerte al baile?
¿Fue la joven mujer aprendiendo a tocar la canción del fantasma en su pequeño piano?
¿Fueron los desérticos niños?
¿Fue el mismo fantasma de Dios, tartamudo, animado, charlando ciegamente?
Te he llamado para embalsamar la tierra.
Te he llamado para anunciar la tristeza cayendo como carne quemada. Te he llamado para desearte el bien.
Para glorificarte como un nuevo monstruo. Y ahora te llamo para rezar.
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